martes, 12 de enero de 2010

EL ROMÁNICO

Desde el siglo VIII, una serie de acontecimientos históricos posibilitaron la renovación y expansión de la cultura europea: la subida al trono de Francia de los Capetos, la consolidación y difusión del cristianismo, el inicio de la Reconquista en la Península Ibérica y, fundamentalmente, el nacimiento de las lenguas románicas, son los hitos que marcaron este resurgimiento.Sin embargo, el arte hasta alrededor del año 1000, cuando una expansión generalizada en los ámbitos económico y cultural propició un importante crecimiento demográfico en las sociedades occidentales, roturándose nuevas tierras y abriéndose antiguas rutas de comercio, que posibilitaran los caminos de peregrinación.Toda Europa se vio invadida por una auténtica fiebre constructiva; se había conseguido formular un arte capaz de representar a toda la cristiandad: el románico.El término románico, como concepto que define un estilo artístico, fue utilizado por primera vez en 1820 por Charles de Gerville, considerando con este término todo el arte que se realiza anterior al estilo gótico desde la caída del Imperio romano; y por analogía al término ya conocido de lenguas románicas, el arte románico sucedía al arte antiguo tal y como las lenguas románicas eran las sucesoras del latín.Posteriormente, la acepción de arte románico se fue restringiendo y pasó a designar el arte desarrollado en Occidente entre los siglos XI y XII, aunque todavía hoy siguen las controversias para determinar con exactitud la amplitud de espacio y tiempo que abarca este estilo.En la definición de este primer arte europeo, es fundamental la reforma monacal realizada por la orden cluniacense, como resultado de una revisión en profundidad de las comunidades benedictinas. El monasterio de Cluny, fundado en el año 930, se convierte en el gran centro difusor de la reforma, alcanzando rápidamente una gran expansión y consiguiendo que a través de sus monasterios el arte románico se difundiera por todo el mundo cristiano europeo. Antes de que la orden de Cluny capitalizara y extendiera este arte románico, ya se había desarrollado en Italia, en la región de Como, y en España, en Cataluña (Lérida, Gerona y Barcelona) y Aragón (especialmente en la provincia de Huesca), lo que se denomina el primer románico.Los maestros de Como, con sus aparejos de albañil, su estructura de iglesia de una nave y sus populares bandas lombardas, así como los primeros abovedamientos de las iglesias catalanas, sentaron bases sólidas para un rico desarrollo de la arquitectura románica.Empleo del arco de medio punto

  • Piedra escuadrada pero no pulida
  • Cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas
  • Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno
  • Las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos
  • Se emplean los pilares como sustentación
  • No hay figuración escultórica

La época dorada del estilo por su calidad y belleza (románico pleno), se extiende en la última mitad del siglo XI y la primera del XII, procedente de Francia y transmitido fundamentalmente a través del Camino de Santiago.

  • Escultura en fachadas
  • Puertas
  • Ventanas
  • Canecillos

  • Durante la segunda mitad del siglo XII y la primera mitad del siglo XIII, a medida que las soluciones arquitectónicas se afianzan y mejoran, surge el tardorrománico. Una de sus expresiones es el llamado arte cisterciense, que se expande con las abadías de la orden del Císter, expresando las concepciones estéticas y espirituales de Bernardo de Claraval (ausencia de ornamentación y reducción a los elementos estructurales).

    En Francia, el Románico alcanzará gran vigor y difusión gracias al Monasterio de Cluny (desaparecido en su mayor parte), centro irradiador del nuevo arte. Sugieron varias escuelas o centros artísticos, cada uno con características particulares y propias. Algunos de los monumentos más destacados son:

    • La basílica de Saint-Sernin de Toulouse
    • La iglesia abacial de santa Fe de Conques
    • La basílica de la Magdalena, en VézelaySan Trófimo, en Arles, destacable por su conjunto escultórico
    • La catedral de AngulemaNotre-Dame-la-Grande, en Poitiers
    • La Abadía de Saint-Savin-sur-Gartempe, con uno de los conjuntos pictóricos más relevantes del románico francés.

    En Alemania, el Románico siguió la estela del arte otoniano, creando conjuntos arquitectónicos de gran monumentalidad, muchos de los cuales aportan soluciones completamente novedosas, como la solución de doble cabecera o Westwerk. Podemos citar entre los más señeros:

    • Las catedrales de Worms, Maguncia y Espira

    • La iglesia de santa María del Capitolio en Colonia

    • La Abadía de Santa Maria Laach (Renania-Palatinado)

      En Italia, la herencia clásica y paleocristiana dejó sentir profundamente. Como aportación original, surgió allí el estilo lombardo, un arte prerrománico que se extedería después por otras regiones como Cataluña o Provenza. Los edificios románicos italianos se distinguen por su suntuosidad y decorativismo, a la vez que por su claridad estructural. Algunos de los más destacados son:

      • La catedral de Parma
      • La basílica de san Ambrosio de Milán
      • La basílica de san Zenón de Verona
      • La basílica de san Miguel de Pavía
      • Las catedrales de Trento y Módena
      • La basílica de San Miniato al Monte, en Florencia
      • Sin duda, el monumento románico más difundido de Italia es la Catedral de Pisa, excepcional conjunto que incluye el Baptisterio, el edificio catedralicio propiamente dicho y el campanario (Torre Inclinanda de Pisa)

    En España, el Románico floreció en los territorios cristianos, al amparo de la ruta de peregrinación jacobea. El Románico español es uno de los más ricos y variados de Europa. Son particulares los influjos islámicos, franceses, lombardos y visigodos que se amalgamaron para crear un estilo propio. Muchos y muy importantes son los monumentos que se conservan, destacándose dos focos principales, centrados en Castilla y los territorios de la Corona de Aragón. Sin duda, la obra fundamental del Románico hispano es la Catedral de Santiago de Compostela, modelo de iglesia de peregrinación, con conjuntos escultóricos (Pórtico de la Gloria) de entre los más singulares de Occidente. A lo largo del Camino de Santiago fueron surgiendo algunos de los hitos románicos en suelo español, como la catedral de Jaca, San Martín de Frómista o San Isidoro de León. Desde allí irradiaría el estilo a zonas más alejadas, expandiéndose por todo el norte peninsular.

    ARQUITECTURA: PLANTA Y BÓVEDAS

    La bóveda en el románico:es el espacio de la iglésia románica, es pues un espacio dinámico cuyas lineas arquitéctonicas y de visión convergen en la cuenca absidial, lugar en donde se manifiesta el poder de la divinidad. La cubierta de este espacio fue uno de los principales problemas de los maestros de obras románicos y según las épocas las regiones geográficas, clima de las mismas, los materiales disponibles y la capacidad económica de las comunidades, recibió soluciones muy diversas. La cubierta de madera sobre armadura a dos aguas fue sin lugar a dudas la solución más simple para cerrar la luz de la nave de principal, pero su fácil combustibilidad la hizo desaconsejable en según que regiones y circunstancias. Para sustituirla se optó por la bóveda semicilíndrica de piedra (bóveda de cañón o de medio cañón) reforzado por arcos fajones. Soluciones más simple bajo el punto de vista constructivo se adoptaron en el cubrimiento de los espacios cuadrados, como los de los tramos de las naves laterales o los de las criptas, los de los brazos del transepto etc. En estos se utilizaron, por lo común bóvedas de arista, es decir, aquellas surgidas de la inserción viva de dos medios cañones, perpendiculares uno respecto al otro.Para cubrir el crucero, uno de los lugares más significativos de la iglesia, espacio intersección de la nave longitudinal con la transversal, se adoptó la cúpula semiesférica, de tradición romana al igual que la bóveda de cañón y la de aristas, abierta por una linterna en su cúpula y apoyada sobre pechinas o trompas, elementos que facilitan el tránsito entre la zona hemiesférica superior y el espacio cuadrado, más raramente rectangular de la planta. La solución de las trompas, de tradición oriental, consiste en un nicho en forma troncocónica que consigue transformar el cuadrado de la planta en octógono. Las pechinas, también de origen oriental, consisten en triángulos con la superficie y los lados cóncavos, dos de los cuales se confunden con los arcos formeros o de sostén de la cúpula, y el tercero con el círculo de la base misma. En determinadas zonas, especialmente meridionales, en las que se aúnan la herencia del mundo clásico y la de la tradición oriental, como ocurre en Lombardía, se hallan soluciones particulares que tienden a compartimentar o fragmentar las bóvedas mediante molduras o nervaduras que anteceden al cruzamiento de ojivas gótico.

    La planta típica de una iglesia románica es la basilical latina con tres o cuatro naves y crucero de brazos salientes. En el testero o cabecera, que siempre mira a oriente, se hallan tres o cinco ábsides semicirculares de frente o formando corona, llevando cada uno de ellos tres ventanas en su muro. Y en los pies o entrada del templo se alza un pórtico o nártex flanqueado por dos torres cuadradas. Pero así como las iglesias rurales o menores sólo constan de una sencilla nave y un ábside sin crucero saliente y sin torres junto a la portada, así las mayores sobre todo, las de grandes monasterios o los santuarios visitados por numerosas peregrinaciones suelen ofrecer muy amplio el transepto y crucero, como también tienen prolongadas las naves laterales en torno a la capilla mayor constituyendo la girola o nave semicircular que da paso a diferentes capillas absidiales, abiertas en torno de ella a modo de corona. Algunas iglesias tienen los brazos del crucero convertidos en sendos ábsides que con el central forman una especie de gran trifolio. Las iglesias de templarios y de otras órdenes caballerescas afines se hallan, por lo común, sobre planta poligonal o circular y son de escasas dimensiones. Asimismo, existen pequeños oratorios de planta circular que fueron capillas funerarias o que estuvieron unidas a fortificaciones como oratorios militares y no faltan otras que siguiendo el estilo o inspiración bizantina se disponen a modo de cruz griega y de cuadrifolio.

    Los contrafuertes son los soportes característicos de un edificio románico y son el pilar compuesto y el estribo o contrafuerte adherido exteriormente al muro. Los contrafuertes tienen por objeto reforzar los muros y servir a la vez de estribo o contrarresto a los arcos y bóvedas (servicio que también prestan los pilares compuestos): son visibles al exterior, lisos y de forma prismática. Pero cuando se adhieren a los ábsides aparecen frecuentemente a modo de columnas que sostienen el alero. En los muros es donde comienzan y acaban las fuerzas mecánicas del edificio. Resultan sólidos, rotundos y compactos, donde las tensiones que están por encima de él se reflejarán en forma de gruesos contrafuertes que resistan las presiones de las bóvedas, evitando la fractura del mismo y la ruina de la iglesia. Con un espesor que oscila entre sesenta centímetros y un metro estaban constituidos por dos paramentos de piedra acogiendo mortero en medio para reforzar su dureza. De sillares generalmente bien escuadrados en el Segundo Arte Románico, no lo había sido en la etapa anterior en la que la piedra mediana o sillarejo se había adueñado del paramento.

    Arco de medio punto. Es el resultado de un semicírculo entero, se ha usado desde tiempos remotos, desde mesopotamia en donde se usaba la arquitectura caldea. Se difundió por todo el mediterráneo y Europa cuando la arquitectura etrusca pasó a la arquitectura romana, es por ello que es característico del arte romano. La forma básica del arco es de un solo centro, aparecen diferentes derivados del arco medio punto como son: el arco rebajado: donde su centro es geométrico por debajo de la línea de impostas y no es un semicírculo, es por ello que se dice que posee una forma aplastada. Las puertas se hallan formadas por una serie de arcos redondos concéntricos y en degradación apoyados en sendas columnillas de suerte que todo el conjunto forma una especie de arco abocinado y moldurado contribuyendo al mayor efecto visual el mismo grosor del muro que suele formar allí un cuerpo saliente. Algunas portadas carecen de dintel y de tímpano pero por lo general se hallan provistas de uno y otro y entonces se esculpen sobre el último relieves simbólicos o iconísticos y a los lados de la portada o en las jambas y aun en el mismo arco abocinado se disponen variadas series de labores ornamentales en relieve, flanqueándose, a veces, con estatuas el ingreso en las iglesias más suntuosas.Las ventanas se abren casi siempre en la fachada y en el ábside y algunas veces en los muros laterales. Son bastante más altas que anchas y terminan por arriba en arco doble, generalmente plano o de arista viva apoyado sobre columnitas como las de la portada y cuando estos arcos se rodean de molduras finas o baquetones o bien las ventanas han dejado la primitiva estrechez, pertenecen a la segunda época del estilo. Hay también ajimeces, óculos y pequeños rosetones, correspondiendo estos últimos al último periodo.Se cierran las ventanas con vidrieras incoloras o de color en algunas iglesias suntuosas o con láminas traslúcidas de alabastro o yeso cristalino o con simples celosías de piedra perforada y en las iglesias pobres con simples telas blancas enceradas o impregnada con trementina. De aquí que hayan de ser poco extensas las ventanas de esta época (lo mismo que en la precedente) hasta que se fue ensayando y generalizando el uso de grandes vidrieras.

    EDIFICIOS ITALIANOS

    Catedral de Parma:

    La torre de Pisa

    La basilica de San Miguel de Pavía

    LA ESCULTURA ROMÁNICA

    Escultura románica de diferentes fechas: San Vicente de Ávila

    El Neoplatonismo defendido por San Agustín generó durante gran parte de la Edad Media la certeza de que el mundo natural es sólo una apariencia intermedia tras la que se oculta la verdadera realidad transcendente de Dios.En este contexto, el arte debe rechazar la representación de la Naturaleza tal como se percibe por los sentidos y se exige extraer las verdades ocultas y el orden lógico que se esconden tras las formas físicas.De esta manera, las formas que adopta el románico se basan en una idea del arte desarrollado por y para la inteligencia humana, no para sus sentidos. No pretende, como otros estilos anteriores y posteriores, copiar fielmente la naturaleza circundante, sino conceptuar la belleza de una manera abstracta y racional.En el campo de la escultura, ésta se subordina a la arquitectura y sigue los mismos planteamientos de sometimiento al orden racional y la lógica. La "Ley del Marco" y la "Ley del Esquema Geométrico" enunciadas por Focillon reflejan este hecho con pleno acierto.La Ley del Marco obliga al escultor románico a adaptar sus figuras al marco arquitectónico que las soporta. Esta ley es fácilmente evidenciable en las esculturas de los tímpanos, ya que debido a su forma circular obliga a los personajes a adoptar diferentes alturas o a inclinar y agachar sus cuerpos para no interrumpir la armonía del trazado semicircular.La Ley del Esquema Geométrico exige al escultor que, aunque no se vea presionado por el marco arquitectónico, las figuras de su escultura han de tener una lógica geométrica intrínseca, como, por ejemplo, que sus figuras guarden simetría, formen figuras parecidas a cuadrados, círculos, cruces, etc. sin importar que este "forzamiento" distorsione la realidad de animales o personas talladas.Como conclusión, en la escultura románica se adoptan las formas y proporciones más adecuadas para ajustarse a un orden geométrico racional. Por ello, en la escultura románica de portadas, cabeceras y fachadas encontramos personajes o animales achaparrados o de altura excesiva, a menudo realizando escorzos imposibles, y frecuentemente con perspectivas absurdas. Nada de esto invalida su belleza, si somos capaces de despojarnos de nuestra manera de pensar positivista.

    LA PINTURA ROMÁNICA

    Pintura Románica

    Se llama pintura románica en conjunto a la desarrollada en Occidente desde la invasión de los bárbaros hasta mediados del siglo XIII en que empezó la así llamada gótica. La pintura románica mantiene la ausencia de la perspectiva y la actituda antinaturalista de etapas anteriores.La pintura fue muy importante en la época ya que todos los edificios debieron estar policromados. La pintura se situaba preferentemente en el interior. El fondo es liso, por lo que la figura centra toda la atención del artista. El dibujo y los colores planos se yuxtaponen para crear intensos contrastes cromáticos. Para delinear el contorno de la figura utilizan líneas gruesas de color negro o rojo, mientras que la forma de los rostros se consigue mediante manchas rojas redondeadas en mejillas, barba y frente. El espacio se crea por la distribución de las figuras en el espacio. La técnica más utilizada fue la del fresco, lo que requería una cierta preparación del muro: estucado. También se pintó sobre tabla, para poner en los altares. La composición seguía las convenciones del relieve. Al igual que la escultura, su ubicación en el templo también está esquematizada. En la pintura románica destaca la miniatura, que está realizada por gente letrada. Su objetivo era el de decorar libros para la gente que sabía leer, por lo que no tiene la intención didáctica de las demás obras.Entre los temas más representados en la pintura románica destacamos los que salen del último libro de la Biblia: el Apocalipsis. Esto se debe a la mentalidad de la época, muy influenciada por el fin del primer milenio, con el que asociaba el fin del mundo y el Juicio Final. Otro tema podía ser el de el Tetramorfos, que representa a los cuatro evangelistas acompañados de sus símbolos, aunque a veces estos símbolos aparecen solos: toro (San Lucas), león (San Marcos), águila (San Juan) y ángel (San Mateo). Este tema iconográfico se seguirá utilizando en el gótico. Se trata en general de imágenes hieráticas, sin movimiento y bastantes antinaturalistas. La anatomía está bastante desproporcionada, y no existe la perspectiva. La pintura mural románica es una pintura bidimensional, sometida a un soporte que viene determinado por la arquitectura. Este arte se apartará de la imitación de la realidad para dar una imagen interpretativa, un símbolo, en el que se busca la esencia de lo que epresenta. Las figuras se dibujaban según ejes verticales y horizontales de simetría. La línea es el elemento predominante, dibujando las figuras y definiendo las zonas donde se aplicarán los colores. Entre los colores utilizados por el pintor románico destacamos el color blanco de la cal, el negro del hollín, pigmentos como el ocre amarillo, verde, azul… Éstos serán tratados como tonos fuertes, ya que las pinturas se verán con poca luz.

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